Si hay un lugar para perderse es en el Cajón del Azul. Es más grande de lo que parece. Siempre queda algún lugar por conocer.
Un camino bien marcado, 10km hasta el refugio. Nada que no se pueda hacer con un buen grupo de amigos.
El color que tienen las aguas en estos lugares es algo muy difícil de describir o captar con algún medio electrónico.
Si no alcanza con un poco de montaña, a pocos pasos el Parque Nacional Los Alerces multiplica la apuesta con todos sus lagos, ríos y rincones.
Una vez acá, no se puede negar el paso por Esquel antes de la vuelta.