Desde el estrecho cruce donde se juntan el Lago Huechulafquen y el Lago Paimún, hasta Villa Lolog, hay poco menos de 80 kilímetros de sendas que recorren los paisajes más cambiantes y llamativos de toda la zona. Pasando por bosques milenarios a paisajes cubiertos de arenas volcánicas, mientras no se puede dejar de apreciar los azules y verdes profundos de las aguas de deshielo que acumulan los lagos.
Sin duda aquellos lugares demuestran el tamaño del planeta y te dejan expuesto a los elementos de un momento a otro. Solo queda seguir adelante, tomar las decisiones correctas y no perder el tiempo mirando atrás, ya que hay mucho más por delante.